Atardecer Lyrics & Tabs by Carlos Gardel

Atardecer

guitar chords lyrics

Carlos Gardel

Album : La Historia Completa de Carlos Gardel, Vol. 45 tango PlayStop

Atardecer
Adolfo Carlos Herschel
Poeta, guitarrero y cantor aficionado. Nació en La Plata el 17 de agosto de 1892 y falleció en Chile el 12 de julio de 1941. Era amigo del dúo Gardel-Razzano, cuyos componentes frecuentaban su casa. De su repertorio hicieron ellos "El Vagabundo" con música del dúo; "Pobre gallo bataráz" y "Mi caballo y mi mujer" con músicas de José Ricardo; "Muñequita" tango con música de Francisco Lomuto y "Atardecer" con música propia grabadas indistintamente por Gardel sólo o a veces con Razzano.

Estilo (17) 30 de julio de 1921 (1921)
Número de la prueba matriz de la casa grabadora 559 Nº de orden de publicación o de grabación de la primera aparición del título: 81. Nº secuencial de grabación: 87
Número de serie del disco original 18040 Lado B. Duración 03'09"
Gardel acompañado por las guitarras de José "el negro" Ricardo, "primera guitarra" quien empezó en 1916; permaneció 13 años con Gardel y se desvinculó de él en mayo de 1929 en forma abrupta, ya que resolvió retornar a Buenos Aires y Guillermo Desiderio Barbieri, la "segunda guitarra", el "Negro" Barbieri era el más antiguo guitarrista cuando se produjo el accidente en Medellín (donde murió). Se había incorporado en 1921, cuando aún Gardel actuaba en dúo con Razzano. Gardel lo llamaba "el Barba", fue descubierto en la ciudad de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires, en el transcurso de una gira del dúo Gardel-Razzano por el interior de la Argentina.
Tema: Horaciana descripción de un ocaso de tipo campesino.
Ya la tarde declinaba,
en el lejano horizonte.
Junto al picacho de un monte,
Junto al picacho de un monte
suave el sol se desmayaba.
Dicen los de esta payada
que se había quedao atrás;

suave el sol se desmayaba.
Dicen los de esta payada
que se había quedao atrás;
de la hacienda montaraz
apenas se oía el bufido,
y al rato quedó dormido,
y al rato quedó dormido
el campo en silencio, en paz.
Del alfalfado tapiz
percibiase el aroma
y silbando por la loma,
y silbando por la loma
iba inquieta una perdiz.
De su cueva salió el cui
en camino al cajonal,
y con su calma habitual
un buey descansaba echao,
como si hubiese encontrau,
como si hubiese encontrau
la piedra filosofal.
Ya la noche se venía,
paso a paso, lentamente,
silenciosa y elocuente,
silenciosa y elocuente
como la tristeza mía.
Al rato ya se veía
temblando dentre el montón
y como improvisación
de su nacarada cuna,
brilló tranquila la luna,
brilló tranquila la luna
lo mesmo que un mancarrón .

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